Contabilidad analítica: valoración de existencias.

La valoración de las existencias constituye un elemento clave para reflejar la imagen fiel de la empresa.

Esa imagen fiel no se consigue tan fácilmente por mucho que se tengan controlados los stocks, a no ser que se use una metodología correcta para la valoración de las existencias. El gran problema es que la valoración de las existencias, aunque parezca lo contrario, varía con el tiempo transcurrido desde la adquisición de las mercaderías.

La inmovilidad de las mercaderías en un almacén supone un coste nada desdeñable. Cada día que pasa sin que una mercadería sea vendida o sea transformada mediante algún proceso de fabricación, tiene un coste.

En este coste, casi siempre se nos olvidan de añadir dos conceptos: la ocupación y la inmovilización financiera.

Supongamos una hipótesis algo exagerada, para que se me entienda mucho mejor.

Tenemos en el almacén una caja que contiene unos elementos necesarios para nuestro proceso fabril que, por ejemplo, contiene 10.400 tornillos. Pero resulta que en nuestro proceso de fabricación, la necesidad de consumo de esos tornillos rota a razón de 100 unidades a la semana. Eso significa que en un año se consumen 5.200 tornillos.

Tenemos tornillos para dos años; la caja que mide 1200 mm x 500 mm x 200 mm, está ocupando espacio durante dos años. Supongamos que no la movemos de sitio, para no tener que añadir un coste por la manipulación de la misma.

Esa ocupación que hace la caja de una superficie de 0,6 metros cuadrados tiene un precio mensual durante dos años. Si la empresa está en un contrato de alquiler, la valoración será más simple: el precio mensual de coste por metro cuadrado de alquiler. Si no lo está, la valoración se hará por la valoración contable de la construcción o de la adquisición de la nave. En todo caso, éste es un coste que normalmente no se tiene en cuenta.

Además de esto, si la caja tiene un precio de adquisición de 10.400,00€, deberemos calcular lo que supone la inmovilización de este importe durante dos años al tipo de interés que se estime oportuno, teniendo en cuenta que sólo se cargará sobre los tornillos no consumidos.

Al contrario que con la ocupación que siempre ocupa lo mismo, se consuman o no los tornillos, con la inmovilización financiera, no cuentan los tornillos consumidos porque ya se han incorporado al producto que se está elaborando.

Así pues, en vuestra próxima valoración de existencias para un control de costes analíticos, tened en cuenta estas dos variables.

Elige la mejor manera de vivir; la costumbre te la hará agradable.





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