Los costes, ¿se distribuyen o se asignan?

Un coste, por ejemplo, la limpieza de los almacenes, ¿lo asignamos o lo distribuimos?

El coste de la energía usada, ¿lo distribuimos entre todas las máquinas que lo consumen o entre todos los productos fabricados por cada máquina?

Realmente, a mi entender, un coste no debe ni distribuirse ni asignarse a las máquinas o los objetos que lo consumen o a los productos o servicios que se generan.

Los costes en sí mismo, se generan porque se requieren actos para usarlos y, por lo tanto, consumirlos.

Es decir, el coste de un producto fabricado no es la suma de los costes directos suyos asignados más la distribución de los costes indirectos en la parte que le corresponde a ese producto.

Para mí, el coste de un producto se determina por los actos y procesos que son necesarios para su fabricación, es decir, por las actividades que se precisan para su producción.

Porque la limpieza del almacén es una actividad que sin la cual, el producto fabricado no estará en condiciones de salir a la venta. ¿Os imagináis comprando un producto cuyo envase está sucio?

Así pues, las actividades son las que generan costes. Son las actividades las que se distribuyen si son actividades indirectas, o son las que se asignan si son actividades directas.

Esto nos lleva a determinar que hay actividades que no son rentables en términos de márgenes, pero sí necesarias. Las actividades de un administrativo, por ejemplo, el de facturación, es necesaria, pero, ¿es una actividad directa o es una actividad indirecta?



La pregunta adecuada que debemos hacernos es: ¿directa o indirecta para qué o para quién? ¿Para un producto, para la empresa, para una sección, para un departamento, ...?

Por que es el o lo que requiere la acción, el que debe sustentar este coste. Y, por definición, si es el departamento de facturación el que requiere que se hagan facturas, por poner un ejemplo, el departamento de facturación no nos dará un margen de beneficio, porque sólo tendrá costes por todas las actividades que precisa este departamento.

Por lo tanto, estas actividades, que son necesarias para la supervivencia de la empresa, pero no son imprescindibles para la fabricación de los productos, se deben manejar como entes en sí mismas, costosas y deficitarias.

Su déficit deberá ser absorbido por el margen de las demás actividades que sí generan margen de beneficio por definición, como son las actividades necesarias para la fabricación de un producto o la prestación de un servicio.


No se es escritor por haber elegido decir ciertas cosas, sino por la forma en que se digan.







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