La cuenta 629 no es un cajón de sastre.

Muy a menudo, encuentro en la contabilidad financiera de las empresas, numerosas subcuentas 629 con un contenido de lo más variopinto.

Y es que las prisas de hoy en día llevan a muchos contables de las pequeñas empresas, a no parar un momento y pensar en qué cuenta asentar ciertos tipos de gastos.

Lo cierto es que la cuenta del PGC, 629 - Otros servicios, tiene un título muy agradecido, porque hace pensar que ahí puede entrar todo lo que no sé dónde asentarlo.

Pero nada más lejos de la realidad. Es justo lo contrario. En esta cuenta deben asentarse los menos documentos posibles. Debe ser una cuenta con pocos movimientos.

Lo que me encuentro en muchas empresas pequeñas es que la cuenta 629 es la que tiene más documentos asentados en una comparación relativa de aquellos gastos que no forman parte de los costes directos.

Es decir, los costes indirectos de la actividad fabril, tales como internet, o todo lo relacionado con las telecomunicaciones, la compra de materiales que se suponen de poca importancia, como los sellos, etc.

Por otro lado, me encuentro que la cuenta del PGC, 628 - Suministros, está infravalorada, porque lo que siempre se piensa en asentar aquí, son la luz y el agua.

Sin embargo, pensemos un poco en el caso más sangrante: las telecomunicaciones, internet y el consumo de móviles.

¿Por qué se asientan en la 629? Porque explícitamente no hay una cuenta que diga que hay que asentarse ahí. Y, entonces, la solución fácil es sentarlas en la 629, que, cual cajón de sastre, todo lo admite.

Pero internet, las telecomunicaciones o el consumo de móviles, ¿qué son? ¿no son un suministro? Por supuesto que sí, son un suministro, sin duda alguna para mí.

Así pues, menos asientos en la cuenta 629 y más asientos en las otras cuentas del subgrupo 62, por favor.

No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho.






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