Diferencias entre provisiones y contingencias.

Podríamos hacer una relación teórica y técnica de las diferencias entre provisiones y contingencias.

Pero lo más claro, desde un punto de vista contable, es que en las provisiones se tiene certeza y en las contingencias no. Por lo tanto, las provisiones se contabilizan como un pasivo pero las contingencias no.

Ahora bien, en las provisiones no todo son certezas. Desconocemos la totalidad de los parámetros que afectan al hecho que provisionamos, más concretamente, el importe y la fecha.

Sabemos que el hecho provisionado se producirá tarde o temprano, por lo tanto es un devengo cierto pero indeterminado en el tiempo.

Además desconocemos el importe exacto. Pero hemos de calcularlo con la máxima aproximación y usando siempre el principio de prudencia.

Una provisión es una obligación de pago cierta.

Una contingencia es una obligación de pago posible o probable, pero no cierta.

Entonces, si las provisiones se contabilizan y las contingencias no, ¿para qué hemos de tener en cuenta estas últimas?

Porque queramos o no, el paso más normal para una contingencia es terminar siendo una provisión contable. Lo más prudente es informar en la memoria de las contingencias posibles y probables.

Y cuando dejen de ser contingencias dotar la provisión, en el caso de que lamentablemente ya sea una certeza, (aunque sin plazo ni importe definitivo), o bien, informaremos en la memoria de que la contingencia, definitivamente deja de ser un problema y podemos olvidarnos de ello, (ojalá siempre fuese así).

Todo lo desconocido se supone maravilloso.






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