Contabilidad presupuestaria y presupuestos. Diferencias.

Una de las partes más complejas de desarrollar contablemente, es la que hace referencia a los presupuestos.

Esto precisa de una matización importante: lo complejo es presupuestar un ejercicio económico de una empresa en producción, en activo.

Si se trata de presupuestar algo relativamente nuevo, una nueva actividad, una nueva puesta en escena de un producto nuevo, etc., el asunto se simplifica bastante.

Pero cuando se trata de algo que ya está en marcha, los presupuestos adquieren la complejidad como norma.

Un presupuesto de este tipo, requiere beber necesariamente de dos fuentes: la contabilidad analítica de costes y la contabilidad financiera. Y, además, requiere incorporar elementos nuevos que siempre se dan en el futuro, sea próximo o lejano.

Ahora bien, un presupuesto es una declaración de intenciones, es una proyección a futuro basada en hechos reales suministrados por la analítica y la financiera, junto con las nuevas variables que conforman las intenciones por inversión o modificaciones de lo que está establecido en el momento presente.

En sí mismo, un presupuesto refleja algo que está por ver, algo que está por demostrar, algo que puede ser, o no.

Por eso, lo más importante de un presupuesto es su control en el transcurso del tiempo; lo más importante desde el punto de vista contable es desarrollar la contabilidad presupuestaria. La contabilidad que nos dirá si el presupuesto se cumple o no, si el presupuesto era real o era obra de un visionario con alucinaciones de grandeza.

La contabilidad presupuestaria, bebe de la analítica y la financiera, y refleja los asientos que determinarán si se presupuestó con la suficiente diligencia. Las desviaciones entre el presupuesto y lo que dice la contabilidad presupuestaria, son la base del aprendizaje para mejorar y afinar los siguientes presupuestos.


Los placeres sencillos son el último refugio de los hombres complicados.








Comentarios