Reservas voluntarias: la importancia de la relatividad.

La contabilidad financiera, una especialidad en la que parece que todo está regulado y protocolizado.

Lo parece, pero, ¿es así?

Desde fuera es simple: la normativa es tan extensa como detallista. Todas las operaciones contables son normalizadas en textos que hay que seguir casi al pie de la letra.

Abramos nuestra mente a otras posibilidades.

El supuesto básico de la teoría de la relatividad es que la localización de los sucesos físicos, tanto en el tiempo como en el espacio, son relativos al estado de movimiento del observador: así, la longitud de un objeto en movimiento o el instante en que algo sucede, a diferencia de lo que sucede en mecánica newtoniana, no son invariantes absolutos, y diferentes observadores en movimiento relativo entre sí diferirán respecto a ellos (las longitudes y los intervalos temporales, en relatividad son relativos y no absolutos).

Interesante. El análisis del párrafo anterior me lleva a plantear una cuestión que en la mayoría de mis clientes parece casi tabú. Mis clientes son en una gran mayoría PYMES de las pequeñas. Si les hablo de reservas dirían aquello que en un tiempo pasado estuvo de moda: '¡¿¡mande!?!'

Sin embargo, si lo que se pretende es fortalecer una empresa, la mejor medida para valorar ese fortalecimiento es el contenido de la cuenta de las reservas voluntarias.

Cuando hablas con los pequeños empresarios o autónomos de esta cuestión, no le dan importancia. Sólo lo echan de menos cuando van a pedir un préstamo. Y ya que estoy nostálgico, pondré otro ejemplo de tics de otros tiempos: '¡¿¡Por qué seráááá!?!'

El que un empresario no dote de reservas voluntarias su negocio o empresa, denota básicamente dos cuestiones fundamentales para cualquier analista financiero:

- Primero: el empresario no confía en la rentabilidad de su negocio en un plazo medio y teme perder todo lo que haya conseguido hasta ese momento.

- Segundo: el empresario no consigue recursos suficientes para dotar las reservas voluntarias.

En el primer caso, al empresario le importa poco que la empresa se fortalezca; piensa aquello de que 'más vale pájaro en mano que ciento volando'. Prefiere repartir dividendos a dotar reservas.

En el segundo caso, lo normal es que el negocio no vaya tan bien como pretende hacer creer el empresario.

Y aquí viene lo bueno de la teoría de la relatividad. Porque paradójicamente, el primero puede ser consecuencia o causa del segundo y, el segundo puede ser consecuencia o causa del primero.

Pero como os comentaba al principio, todo es relativo. Porque la relatividad de esta cuestión es: ¿cómo gestiona el empresario o el autónomo el futuro de su negocio o empresa?

¿Lo tiene como algo de futuro o es el día a día lo que determinará hasta dónde quiere llegar el empresario?

Señores contables, piensen en cómo deben contabilizar aquello que se hace al final del ejercicio contable y presenten al gerente o empresario su propuesta para el cierre del ejercicio. ¡Ah!, y no pierdan de vista la teoría de la relatividad. Fundamental para una buena propuesta.

Hoy hay cita, mediten en la siguiente cuestión:

La vida es una especie de juego de azar, donde todo el mundo piensa que el de al lado sabe qué esta pasando.
 Barbara Probst Solomon

Y, cómo no, también un video musical:



Comentarios