Los dos errores en la negociación con los bancos.

Un empresario acude a una entidad financiera y, exponiendo su proyecto con énfasis, con total fe, con el convencimiento pleno de la viabilidad del mismo, le pide al empleado de banca que le ayude a ponerlo en marcha. (Primer error: a un banquero nunca se le ha de pedir ayuda).



Mientras realiza su exposición, el empresario se ha ido fijando en los gestos del financiero; ha podido observar que le sigue con atención. La tensión inicial se va apagando. El empresario ya sólo espera una acción positiva del banquero. El gestor financiero empieza con las palabras mágicas de un buen prestidigitador:

- Me gusta el proyecto, es más, vamos a ayudarte. (Segundo error: permitirle que nos ayude).


El empresario, ya considera al gestor financiero como el más grande y el mejor de sus amigos, y, entiende y comprende que para poder conceder el crédito, el banquero necesita saber con qué propiedades personales cuenta el empresario, (le da lo mismo si es un empresario autónomo), y por si acaso, además necesita saber cuáles son las propiedades en las que figuran como titulares a pleno dominio, la mujer del empresario, sus hijos, sus suegros, sus consuegros y los amigos de sus hijos, ya que, ‘los amigos de sus hijos, también son amigos del financiero’.

Los dos errores en la negociación con las entidades financieras son los causantes de muchos dramas familiares.

Si el proyecto es para una empresa con personalidad jurídica: que sea la empresa la que avale el proyecto, con sus bienes y con la solvencia de su explotación. Luchen a brazo partido para que así sea.

Si el proyecto es para un empresario autónomo: mi consejo es que antes de buscar la financiación que precisa, cree una empresa, preferentemente una sociedad de responsabilidad limitada, (una SL), y tramite a través de ésta la financiación que precise.

Una entidad financiera no desea ser socio de una empresa mediana o pequeña, sin embargo, un empresario no tiene otra opción más que tener socios que no figuran en su capital social, socios que son sanguijuelas en la mayoría de los casos: las entidades financieras.

Sean totalmente rígidos e intransigentes y no cometan nunca estos dos errores.

Lo que se pide es que nos presten dinero, se les compra liquidez, y se paga muy bien por ello, no permitan que les hagan creer que les hacen un favor o que lo hacen por ayudarles. Lo hacen por negocio, un negocio que en la mayoría de los casos podemos denominar usura.

La cita de esta semana es un proverbio. Y como todos los proverbios, encierra una gran verdad que no dejará indiferente a nadie:

No puede impedirse el viento. Pero pueden construirse molinos.


El video musical de la semana es para que lo disfruten, cada cual a su modo:


Comentarios