Al ministro de educación: ¿y los contables, qué?

Hace poco leí una noticia en la que se decía que la filosofía volvería a tener el rango de estudios universitarios.

Los médicos tienen que soportar una formación muy dura; aparte de la facultad, tienen que pasar mucho tiempo aplicando sus conocimientos universitarios al servicio de un maestro experto, es decir, son aprendices hasta años después de terminar sus estudios universitarios.

Los tomos que deben leer y comprender los futuros letrados y jueces, analizando las palabras que forman una frase, para interpretar adecuadamente su contexto en la más amplia definición de justicia social, son unos tochos insufribles. Y si no, prueben ustedes a leer algo del derecho canónico.

Podría seguir con otros ejemplos; pero creo que se hacen una idea de lo que quiero decir.

Porque ahora, díganme ustedes: ¿qué se les exige a los profesionales de la contabilidad financiera que desarrollan su labor en las pequeñas empresas, los que llevan la contabilidad de los empresarios autónomos, los que tienen que dar una información financiera adecuada, para que los gerentes tomen decisiones con una estrategia financiera estructurada en base a objetivos?

Seamos claros: contablemente, muy poco.

A lo único que se les exhorta es a que la Hacienda Pública no sancione a la empresa bajo ninguna circunstancia. Esa es su única y casi exclusiva responsabilidad.

Si a ello añadimos que la contabilidad no deja de ser una asignatura de otras disciplinas, pues ya tenemos el perfil de los contables financieros de este tipo de empresas: abogados, economistas, licenciados en empresariales, personas formadas en administración de empresas,...

Incluso debemos añadir a los que han estudiado algo más especifico de la contabilidad financiera: los de la formación profesional, que no les queda otra que 'luchar' por un puesto de trabajo con personas con formación universitaria y no específicamente de esta profesión, precisamente.

Así pues, hoy voy a ser muy escueto: señor ministro de educación, la contabilidad debe ser una formación universitaria por sí sola. Hay materia de sobra para que sea así.

Deben partir de una perspectiva diferente: la contabilidad financiera, analítica de costes o presupuestaria, no es una asignatura para ser abogados, economistas o licenciados en empresariales o administración de empresas; obviamente ellos deben saber algo de contabilidad, pero no es el fin de esas licenciaturas. Un contable, es un contable, y, también obviamente, deben saber algo de economía, de empresas o incluso, (sí, ¿porqué no?), de leyes. ¿Lo entienden?

Esta semana, os propongo un proverbio árabe para que reflexionéis sobre lo publicado hoy.

¿Acaso no es de sentido común?

Pídeles consejos a los viejos y a los jóvenes, pero sigue tu propio sentido común.

El video musical de la semana, magníficas voces con una excelente canción. Hacen aflorar los sentimientos más puros. Disfrútenla.


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