Libro diario: reflejo de la profesionalidad contable.

Nunca he entendido a los contables que no se preocupan por el libro diario.

En muchas ocasiones, he tenido que ayudar a mis clientes, en el proceso de selección de un responsable de la contabilidad financiera.

Siempre me ha asombrado la respuesta a una pregunta tan simple como es la siguiente: ¿Qué es para usted el libro diario?

Hay respuestas para todos los gustos. Pero todas tienen un denominador común: se quedan perplejos ante una cuestión que para ellos es redundante. Un libro diario es un libro que refleja los movimientos financieros de la empresa diariamente, - suelen contestar - como diciendo, ¿es que no es obvio?

A mí, discúlpenme, pero me entra esa risa interior que es reflejo de saber de antemano que no van a responder de forma adecuada, porque, siendo benévolo, hay que reconocer que nunca se lo han planteado de la forma correcta.

Arquean las cejas, abren los ojos de forma casi desmesurada, muestran su incredulidad ante la pregunta de un, (se supone), profesional de las entrevistas de trabajo, y,..., se quedan sin saber muy bien qué responder. Adivino, mejor dicho, percibo, cómo su cerebro intenta vislumbrar dónde está la trampa.

Y lo cierto y verdad es que no hay trampa. Simplemente es que, por un lado, nadie les ha explicado correctamente qué significa un libro diario; y, por otro lado, ellos nunca se han planteado cual es el verdadero significado del contenido de un libro diario.

Las características que definen un libro diario deben ser, al menos, tres:

- Reflejan los movimientos financieros de la empresa día a día.
- Son la base de todos los demás libros.
- Debe estar al día todos los días.

Y, aunque parezca mentira, esta última característica, es la que menos importa a un contable al uso.

Piensan que no pasa nada porque no esté al día el libro diario, ya que las aplicaciones contables se encargarán de ordenar por fechas los asientos del diario, así pues, qué más da que el asiento lo haga mañana, no pasa nada, la aplicación lo clasificará y ordenará por fechas y quedará resuelto el problema.

Esto es cierto, sí. Pero, ¿saben ustedes la cantidad de veces que me he encontrado con retrasos en la contabilización de los hechos financieros de las empresas, cuando he ido a revisar la contabilidad financiera?

Este retraso se debe a que no consideran el libro diario como debe ser. No sólo refleja los movimientos financieros de las empresas por los documentos a asentar, además, es que diariamente debe estar repasado, limpio de impurezas y con los ajustes pertinentes. Porque no hay una norma que determine que los ajustes ya los hará el asesor cuando venga a realizar el cierre contable.

Un contable debe tener la contabilidad al día en todos los sentidos; el libro diario es para que diariamente esté todo asentado, y todo, significa eso, todo.

Un contable que se considere profesional, no puede dejar asientos pendientes de realizar para cuando llegue el asesor. La labor del asesor no es hacer asientos, su labor es revisar, aconsejar, estar al día en las normativas fiscales, en las normativas contables; pero no desarrollar los asientos que no ha hecho un contable a lo largo del ejercicio en curso.

La cita de esta semana se la dedico a todos aquellos que hacen lo que hacen porque se lo dicta la conciencia, siempre con el respeto debido al prójimo y a uno mismo, como primer principio de la convivencia.

Aquel que ha hecho todo lo que está en su mano y es consciente de que lo ha hecho, es un éxito, incluso aunque el mundo pueda considerarlo un fracaso.

B.C. Forbes

Y el video musical de la semana, un canto a la juventud, divina y maravillosa juventud.


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