El fondo de maniobra y el apalancamiento financiero en la contabilidad prsupuestaria.

En una contabilidad presupuestaria, nunca debemos caer en la tentación de quebrar los conceptos que un buen administrador debe mantener como estandarte de su buen hacer: el déficit y el beneficio. Y, ambos conceptos lo son, por antagonistas.

No hay déficit si hay beneficios; no hay beneficios si hay déficit. Así de simple y así de complicado.

Sólo las 'empresas' públicas se permiten el lujo de unos presupuestos deficitarios. Pero bueno, no nos metamos en ese berenjenal; eso es harina de otro costal.

En una empresa privada, nunca, nunca, bajo ningún concepto, podemos permitirnos el lujo de unos presupuestos deficitarios; de unos presupuestos sin beneficios. Hacedme caso; nunca.

Permitidme un inciso. Lo bueno del castellano es su riqueza lingüística. Lo malo, es lo maltratada que está esta lengua. No hace falta enfatizar el nunca; eso de 'nunca jamás' es una redundancia innecesaria. Fijaros en la definición de nunca:

adv. t. En ningún momento, jamás:nunca lo sabrán.
Ninguna vez:nunca volveré a hacerlo.
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El jamás ya está incluido en el nunca. Así de claro es: si digo nunca, es, además de nunca, jamás.

Pero bueno, a lo nuestro. El déficit viene determinado por dos posibles cuestiones: una financiera y una económica.

Y aquí entramos de lleno en el título de la publicación de hoy: por un lado, el fondo de maniobra; por otro lado, el apalancamiento financiero.

El fondo de maniobra: tan fácil de ver en un balance de situación; tan complejo de situar en su justa medida en un balance de situación presupuestario. Debo reconocer que es mi ojito derecho del principio de un buen analista, de un buen consultor.

El fundamento del fondo de maniobra, es muy simple: activo corriente menos pasivo corriente. Es decir, en términos del corto plazo, (un año, un ejercicio contable), lo que tenemos para cobrar menos lo que tenemos para pagar.

Obviamente, si el resultado es negativo, mal vamos. No podremos pagar, Con lo cual entraremos en un deficit financiero que nos llevará, con total seguridad, a un concurso de acreedores, (mejor entendido como una suspensión de pagos). Nunca entenderé la manía de los legisladores de no llamar a las cosas por su nombre: si no puedo pagar, suspendo los pagos para ver si puedo salvar algo, pero no hago un 'concurso' para ver quién cobra y quién no.

El otro concepto, es un término manipulado según las necesidades. No niego que el apalancamiento financiero influya, y mucho, en la terminología financiera, pero el impacto de este concepto en su vertiente económica, en su conceptualización operativa, es mucho menos conocida, pero no por ello, es de menor importancia. Diría, incluso, que es mucho más relevante.

El apalancamiento operativo mide la relación entre el beneficio antes de intereses e impuestos, (beneficio económico), con las ventas.

Técnicamente se denomina elasticidad. Y la elasticidad puede ser tan beneficiosa como perniciosa. En momentos de recesión económica, podemos encontrarnos con un grave problema de difícil solución en el corto plazo operativo, si no vigilamos de cerca este apalancamiento. O dicho de otro modo, las ventas bajan tanto que se nos desvían negativamente todas las previsiones.

Todo dependerá de los costes fijos operativos que tenga el negocio. Es evidente que si son muchos, en proporción a las ventas, tendremos muchos problemas para conseguir beneficios.

Vigilemos, pues, este cociente, porque es el que nos da la visión operativa del negocio; la visión de la explotación como resultado positivo de nuestra gestión en el día a día.

Unos buenos presupuestos nunca dejarán de vigilar estos conceptos. Todas las previsiones que hagáis, que se basen en números positivos de estos dos conceptos. Será casi seguro que no fallaréis en la contabilidad presupuestaria que desarrolléis.

Sé que hoy me he extendido más de lo normal en la publicación, pero quería terminar con esta serie de publicaciones sobre la contabilidad presupuestaria., antes de tomarnos unas merecidas vacaciones.

Volveremos el próximo uno de septiembre con una publicación de mi estimado, admirado y amigo, José Vicente Verdú.

Os recomiendo su WEB, no dejéis de visitarla para cualquier cuestión mercantil que preciséis aclarar en vuestro negocio.

Tampoco quiero dejar de agradecer, de forma expresa, la fidelidad de todos los lectores que, semana tras semana, nos seguís desde hace un año y medio, tanto a José Vicente Verdú como a mí. Os recuerdo que el próximo jueves habrá otra entrada de José Vicente Verdú; con ésta completaremos el ciclo de trabajo en este blog, hasta septiembre.

Es un placer publicar entradas para vosotros. De corazón, nuestro más sincero agradecimiento por vuestra fidelidad.

Pero como siempre, no nos despedimos sin nuestra cita semanal y nuestro video musical de la semana.

Porque la vida es más sencilla con una reflexión semanal y con la música como acompañante.

La cita para que reflexionéis durante vuestras merecidas vacaciones, es la siguiente:

"Tu vida no depende de nadie, depende de tus acciones y sentimientos. El que ama sufre, el que sufre lucha, y el que lucha vence."

Y la mejor música para esta cita, seguro que la adivináis, ..., cómo no: Rocky.






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