Contabilidad presupuestaria: los medios productivos.

Después del paréntesis de la semana pasada, seguimos con las publicaciones sobre la contabilidad presupuestaria. Para que no perdamos el hilo conductor con el que empecé esta serie de publicaciones, os recuerdo que la primera entrada fue: 'Contabilidad presupuestaria: ¿por dónde se empieza?'.

Cuando ya tenemos clara la cifra de negocio a la que quiere llegar el empresario, la siguiente pregunta que debemos hacernos es: ¿con qué medios de producción contamos?

Porque hay sectores en los que parece que no hay medios de producción. Pero sólo lo parece.

Pensemos en un comercio; no produce nada, sólo comercializa, compra a un precio y vende a otro precio, por lo tanto, es fácil pensar que no tiene medios de producción.

Sin embargo, todas las empresas tienen medios de producción, independientemente del sector en el que desenvuelvan su actividad.

Pensad en el ejemplo que he comentado anteriormente. Un comercio. Utiliza medios de producción que no son máquinas, pero que sin ellos, no vendería nada: los dependientes. Esas personas que son responsables de que un cliente se sienta satisfecho y desee volver a nuestro comercio, y, lo que es más importante, volver a comprar.

Un comercio puede tener productos exclusivos, de una calidad exquisita, con un responsable de compras inmejorable, que negocia a la perfección los precios de compra para poder obtener un margen adecuado.

Pero si un comercio tiene un dependiente agrio, sin ganas de atender a nadie, sin paciencia, sin saber captar la necesidad del cliente, sin una sonrisa permanente, sin una educación que utilice palabras como: 'Buenos días, ¿qué desea?, ¿en qué puedo atenderle?, por favor, no se preocupe, lo que usted está buscando es esto, se lo explico, sin compromiso, faltaría más, gracias por su visita, ...'; el comercio está perdido. El cliente buscará el mismo producto, pero en otro sitio.

Un dependiente así, no es productivo.

Si trasladamos esto mismo a un comercio 'on-line', podemos pensar que nos evitamos estos disgustos, porque no hay un dependiente. Pero esto tampoco es cierto. No hay un dependiente clásico; hay una persona que se encarga de la atención al cliente, tanto para la compra como para las posibles reclamaciones.

Y estamos en las mismas. Si la persona que debe atendernos, no sabe o no tiene mano izquierda, ese comercio 'on-line' tiene los días contados.

Así pues, al igual que analizaremos las características productivas de una máquina, deberemos analizar los perfiles de las personas que son el enlace de nuestros productos o servicios con nuestros clientes.

A la hora de preparar una contabilidad presupuestaria, tenemos que asegurarnos de cuál es el personal asalariado con que se cuenta para estos menesteres, y, asegurarnos de la capacidad productiva de los mismos.

En muchas ocasiones, es mucho más productivo reciclar un dependiente a otras tareas que son más acertadas para su forma de trabajar, que mantenerlo en una tarea que no le va, que la hace porque algo tiene que hacer, pero que ni se siente a gusto, ni le pone las ganas necesarias, que, por otro lado, deben ser innatas en su forma de ser, porque sólo así lo aplicará en la atención al público.

Si no tenemos esto en cuenta, nuestra contabilidad presupuestaria, fallará en sus previsiones.

La cita de esta semana es una referencia a una obra maestra: 'Hamlet'.

Polonio, a su hija Ofelia, lamentando haberla obligado a rechazar a Hamlet, al final del acto II, escena 1:

“Parece natural en la vejez excedernos en la desconfianza, igual que es propio de los jóvenes andar escasos de juicio.”


El video musical de esta semana, algo refrescante para mitigar el sofocante calor:




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