Contabilidad prespuestaria: la periodificación apropiada.

Hoy explicaré el último pilar para poder empezar a desarrollar una contabilidad presupuestaria. Y digo bien: esto es sólo el principio. Pero es el principio adecuado.

Como os adelantaba en mi última publicación, 'Contabilidad presupuestaria: ¿financiación ajena o propia?', se trata del tiempo de ejecución; la periodificación de las acciones a ejecutar. Medir los tiempos de forma correcta es la diferencia entre el éxito y el fracaso. Éste es el cuarto pilar, la cuarta pata de la mesa; la que aglutina todo lo anterior.

En esa última publicación, me despedía con la siguiente afirmación:

'... este cuarto pilar es el que consigue que todo funcione casi, casi, como un reloj: la cifra de negocio, (primer pilar), los medios de producción, (segundo pilar), y la financiación, (tercer pilar).'

Una vez analizados y desarrollados los tres primeros pilares, queda lo más obvio y lo más complejo: el cuándo.

Porque, vale, ahora ya conocemos el objetivo del empresario en cuanto a la cifra de negocio que desea alcanzar; además, conocemos los medios de producción con los que disponemos y los que necesitaremos; y, por supuesto, conocemos cómo podremos financiar el proyecto en sus tres líneas básicas: la costumbre del empresario, el histórico del negocio y las posibilidades de generación de recursos propios del negocio.

Pero, ¿cuándo se alcanzará el objetivo?, ¿en qué momentos debemos inyectar recursos por financiación ajena y a qué coste?, ¿cuándo será el momento adecuado para ampliar o modificar los medios de producción?, y, quizás, la cuestión más relevante e importante: ¿hasta dónde debemos planificar una contabilidad presupuestaria?

Y es a esta última cuestión a la que tengo una respuesta firme:

- En el corto plazo, esto es, a un plazo de un ejercicio máximo: debemos ser muy exigentes en nuestra exactitud, debemos asegurarnos de que las desviaciones serán mínimas, siempre que se sigan las directrices de la ruta marcada por nuestro cuaderno de acciones, no debemos permitir una desviación media superior a un ± 2,00%. De lo contrario, habremos fracasado.

- En el medio plazo, esto es, a un plazo de entre tres y cinco ejercicios máximo: podemos permitirnos una desviación media, nunca superior a un ± 10,00%; eso sí, sobre las cifras iniciales. Porque debemos tener muy claro que tendremos que ir ajustando las cifras e importes de cada partida, conforme pasa el tiempo y se van desarrollando las acciones previstas y, éstas, se convierten en acciones ya ejecutadas, y, por lo tanto, en cifras que podemos transformar de previstas a reales.

- En el largo plazo, esto es, a más de cinco ejercicios, la cuestión se aclara bastante. Nunca, pero nunca jamás, se os ocurra realizar una contabilidad presupuestaria a largo plazo. Fallaréis seguro. Es una temeridad de resultados muy inciertos.

Los tiempos son primordiales. El análisis mensual de las desviaciones, es muy importante, bueno, más que importante, es determinante.

Un buen consultor, un buen analista, debe renunciar a desarrollar contabilidades presupuestarias si su desviación en el corto plazo, insisto, siempre y cuando se siguen sus directrices, supera esa media de una desviación, en el corto plazo, de un  ± 2,00%.

La cita de esta semana quiere haceros reflexionar sobre la importancia de los tiempos. Ni se debe adelanta, ni se debe retrasar, sino que todo debe ser a su debido tiempo.

"La mayor parte de los fracasos nos viene por querer adelantar la hora de los éxitos".
- Amado Nervo


Y, el video musical de la semana, ¡qué decir!, seguro que os gusta. no dejéis de escucharlo.






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