Contabilidad analítica: el mejor orden para el caos.

Ya os he ido comentando en otras entradas la importancia de la contabilidad analítica. Para mí, sin duda la más importante, puesto que es el embrión del que partirán posteriormente tanto la contabilidad financiera, como (y sobre todo), la contabilidad presupuestaria.

La contabilidad analítica es más conocida como la contabilidad de costes. Pero esta última acepción se queda corta. La etimología de las palabras lo dice todo: costes, qué me cuesta y cuanto gano, (disculpadme pero no pretendo una definición académica); analítica: analiza el cuándo, el cuánto, el cómo, el qué, el quién y sobre todo, el por qué de un importe y no de otro.

Ya hace bastantes años, se intentaba que la contabilidad analítica tuviese una estructura parecida a la normativa que rige para una contabilidad financiera. Sin embargo, no se logró que cuajase. Y esto ha supuesto que, (aunque haya estudiosos y teóricos que puedan pretender lo contrario), la contabilidad analítica se registre siendo la más anárquica del triunvirato de las decisiones.

Pero lo que puede parecer un caos, os aseguro que sólo lo parece. La contabilidad analítica es la que permite a un profesional ser él mismo, no copiar lo que otros han hecho, buscar la diferenciación en aquello que consideran que hay que mejorar, crear a partir de la nada, ser abstracto, ingenioso, atrevido, saltarse las reglas, en definitiva: ser creativo y atrevido. No hay reglas, salvo ser sinceros y sobre todo, objetivos.

Si un profesional se deja llevar por la subjetividad en la contabilidad analítica, sus afirmaciones, serán erróneas. Y lo que es mucho peor: conducirán al empresario o al empresario autónomo, a tomar decisiones que le costarán mucho dinero.

La contabilidad financiera requiere una normativa estructurada y concreta para ser ella misma; la contabilidad analítica requiere su espacio y su libertad, estructurarla es como ponerle puertas al monte: se ahoga, Le falta el aire para respirar.

La contabilidad analítica es la ordenación del caos desde la creatividad de un profesional que ama su trabajo y pone su pasión en el resultado de sus análisis. La fabricación de un producto o la prestación de un servicio, suponen una conglomeración de variables que parecen desordenadas. La visión del profesional es ordenarlas, sin perder el foco del punto de vista del empresario, que al final es el que conoce su profesión o su producto, y lo conoce mucho más de lo que nos imaginamos los profesionales, que muchas veces nos sentimos 'superiores' con toda nuestra formación técnica y académica.

A partir de hoy, iré desgranando los pormenores de la creación de una contabilidad analítica. No como algo que se deba conceptualizar, sino como algo que se tiene que crear a partir de la iniciativa creativa de los profesionales que nos dedicamos a esto.

Lo que me gustaría que repitieseis como un mantra esta semana es el siguiente pensamiento:

@FIL0S0FIA
Toma tus riesgos: si ganas, serás feliz; si pierdes, habrás aprendido.



Y retomo el final de todas mis entradas, creo que siempre es positivo terminar con música, ya sabéis porqué: dirigir con ritmo musical: el liderazgo perfecto.

El video musical es un poco largo, pero os aseguro que vale la pena visualizarlo. Cogeréis energía para toda la semana. 




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