Contabilidad analítica: ahorrar con reservas.

Cuando se piensa en términos analíticos y se deja de pensar en términos financieros, se tiende a perder la perspectiva del ahorro.

He visto muchos análisis de costes en las que no se tiene en cuenta la necesidad del ahorro. Se piensa en la rentabilidad y el beneficio, pero ninguno de esos dos conceptos tiene que, necesariamente, suponer un ahorro.

Se calcula la rentabilidad necesaria para obtener beneficios. Se calculan las rotaciones necesarias de los productos o de los servicios, según la capacidad productiva de las líneas de producción o la capacidad productiva de los empleados en la prestación de los servicios. Se mantiene siempre el principio de sustentar la estructura fija de la empresa. Se calculan, además, que los recursos que se generen sean suficientes para afrontar los presupuestos proyectados.


Pero nunca he visto que en una contabilidad analítica se calcule el importe del ahorro financiero. Parece como que en el concepto del beneficio ya va implícito el ahorro.

Y es así porque el beneficio nos ha de dar el suficiente margen financiero, como para dotar las reservas necesarias al final del ejercicio, sean del índole que sean.

Sin embargo, en la práctica, esto sólo ocurre en las empresas que tienen cierta envergadura. Las empresas más pequeñas, y en especial los empresarios autónomos, no tienen en cuenta el concepto del ahorro mediante las reservas.

Es en la contabilidad analítica donde se germina el ahorro tanto operativo como financiero, donde se ha de empezar a pensar en términos de reservas, donde se ha de establecer qué parte de los beneficios serán para ahorrar, serán para dotar las reservas que hacen crecer una empresa.

Los escandallos que desarrollan los empresarios autónomos y las pequeñas empresas piensan en beneficios, pero no implantan un plan de ahorro que se siga con disciplina. Poco importa que después la contabilidad financiera, de algún modo, obligue a dotar un mínimo de reservas, ya que éstas no son el fruto de un plan de ahorro financiero y analítico, sino más bien al contrario; si al final del ejercicio obtengo beneficios, ya veré qué es lo que puedo destinar al ahorro mediante las reservas.

Una de las principales funciones de la contabilidad analítica es determinar desde el principio de todo el proceso productivo, desde el principio del cálculo del escandallo de una prestación de servicios, qué parte del beneficio se ha de destinar al ahorro.

Por su misma definición, la contabilidad analítica busca el ahorro operativo y económico mediante mejoras en los procesos y en los precios de compra, pero el ahorro financiero parece que es una exclusividad de la contabilidad financiera.

Y no es así, tanto el ahorro operativo y económico, como el ahorro financiero y por definición, las reservas que se dotarán en la contabilidad financiera, deben nacer en la contabilidad analítica.

Para esta semana, una cita para reflexionar, al hilo de lo que intento explicar en mi publicación de hoy:


@CitasCeIebres_
“No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer” - Johann Wolfgang von Goethe



El video musical para esta semana, es pura sensualidad en armonioso movimiento. Disfrutadlo.





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