Contabilidad financiera y amortizaciones: siempre líquidas, nunca diluidas.

Siempre me ha llamado la atención que cuando un empresario necesita renovar su activo, en la mayoría de los casos que conozco, acude a la financiación ajena y además, requiriendo a sus asesores, artimañas que de alguna forma le faciliten la liquidez por el total de su necesidad de inversión.

Sin embargo, el fin último de las amortizaciones es evitar eso.

Las amortizaciones son el coste por el desgaste de los activos en los procesos productivos. En realidad, la aplicación correcta de la amortización, implica una retención de los importes obtenidos en los márgenes de las ventas.

No contemplar las amortizaciones supone competir con una ventaja ficticia: son precios de venta artificialmente bajos, porque no están contemplando la imputación en sus costes por unidad de producción, (y por lo tanto en sus márgenes), de la utilización de los activos.

Si se aplican bien las amortizaciones, tanto en tiempo como en importe, el empresario está previniendo que la continuidad de su negocio no se encuentre en peligro en el medio plazo.

Eso sí, para que sea de ese modo, el empresario no sólo se ha de tener un importe en una cuenta contable que indique cuánto lleva amortizado, sino que esos importes deben estar en cuentas que permitan una disposición del dinero cuando haga falta. Y esa disposición debe ser en forma líquida.

Si un empresario debe renovar su activo y se encuentra con que tiene que pedir la financiación por el total de la inversión ya que no dispone de fondos para este menester, es que el empresario no ha actuado con la debida prudencia.

Esto sólo puede ocurrir si: o bien, no se han aplicado amortizaciones, (ocurre mucho con los empresarios autónomos); o bien, sí se han aplicado las amortizaciones, pero el importe retenido por este concepto del margen, se ha diluido en cuentas que han servido para pagar cuestiones ajenas a los activos, es decir, para pagar deudas en el corto plazo, entrando a formar parte del capital circulante.

Supone un enorme esfuerzo mantener este concepto en forma líquida, pero vale la pena. Diluir en el capital circulante los importes retenidos en los márgenes por las amortizaciones, o directamente, no aplicar de forma estricta las amortizaciones a dichos márgenes, es correr un riesgo muy importante, que puede poner en peligro la continuidad del negocio.

La cita para esta semana espero que os arranque una bonita carcajada, o al menos, que os haga lucir una gran sonrisa durante todo el día:

  • "Hay muchas cosas en la vida más importantes que el dinero. ¡Pero cuestan tanto!" Groucho Marx

El video musical de hoy, es un duelo de guitarras realmente espectacular: Eric Clapton y el irrepetible BB King.


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