Contabilidad financiera: ¿sin garantías ni avales?

Cuando un empresario autónomo o una empresa con personalidad jurídica consigue que le concedan un crédito o un préstamo de cualquier tipo, en la mayoría de los casos, lo consigue gracias a que el empresario pone en riesgo su patrimonio personal y familiar, porque es lo que la entidad financiera le exige para concederle la financiación que está pidiendo.

Pocas son las empresas que consiguen financiación sin tener tener el aval o la garantía de devolución del crédito, con los bienes personales y familiares del empresario.

Una contabilidad financiera está incompleta si no contempla esta cuestión.

Alguien podrá decir que los avales o las garantías prestadas por el empresario a la empresa, deben contemplarse en la contabilidad personal del empresario; pero lo lógico es que figure en dicha contabilidad como garantías o avales dados y en la contabilidad financiera de la empresa figure como garantías o avales recibidos.

Contabilizando este tipo de avales se consiguen dos cuestiones fundamentales para la continuidad de la empresa: por un lado, que la contabilidad realmente refleje la imagen fiel; por otro lado, que cualquier analista, (incluidas las entidades financieras), sepan el riesgo real que el empresario está asumiendo por su apuesta sin condiciones a su proyecto empresarial.

Y no se asusten porque las entidades financieras conozcan los riesgos totales asumidos por el empresario para su empresa; es un fastidio porque cuando necesitamos financiación a costa de lo que sea, nos quedamos impotentes ante la negativa que nos dan por no poder asumir más riesgo, pero es un seguro de vida empresarial y sobre todo, familiar y personal.

En un momento dado podemos estar tan necesitados de financiación, que nos ponemos una venda en los ojos que no deseamos quitarnos para no ver la realidad. Este control de los riesgos familiares y personales puestos a disposición de la empresa y asentados en la contabilidad, nos ayuda a ver cuando tenemos que pisar el freno y meditar sobre lo que estamos haciendo, porque si nosotros no queremos sacarnos la venda de los ojos, ya lo hará la entidad financiera, y eso será, en muchas ocasiones, el principio del fin para la empresa. para el patrimonio familiar y para el patrimonio personal.

Señores contables, no esperen a que una entidad financiera les diga no a una petición de financiación, controlen tanto los créditos recibidos como los avales y garantías recibidas para conseguir que nos concedan los créditos; mantengan informado al gerente o al equipo directivo de cual es su riesgo personal y familiar puestos a disposición de la empresa; que todo esto esté contabilizado sólo depende de ustedes.

No basta con contabilizar el crédito recibido, es mucho más importante contabilizar gracias a qué o mejor dicho, a quién, se le ha concedido a la empresa la financiación.

En otras entradas explicaré porque el cálculo del coeficiente de endeudamiento de muchas empresas no es real y cómo se debe calcular para que sea un reflejo correcto de la imagen fiel. La primera pista ya la tenéis: no se tienen en cuenta los avales y las garantías recibidas del empresario por la empresa.

La cita que os traslado hoy está sacada de un artículo que os recomiendo a todos y que he podido disfrutarlo en Sintetia.com

'Pensar no es compilar ideas de otros, es construir criterio'

Para terminar, un video musical elegante, distinto, plástico, sensual a raudales; tómense un respiro y disfrútenlo con calma. Vale la pena.



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