Parece que fue ayer, pero para mí ha pasado tan rápido, que necesito hacer un alto en el camino, matizando las publicaciones que llevo realizadas hasta la fecha.
Mi primera entrada, fue la de los gurús de las razones.
En esa entrada hablaba sobre las razones que se dan, cada vez con mayor insistencia y pesadez, para que todos se animen a emprender.
Pero no sólo se dan razones para emprender. Sólo hace falta una simple búsqueda usando al instruido señor Google, para que se encuentren razones que respalden plenamente cualquier idea de negocio que se tenga, y además, se pueden encontrar muchas y variadas razones válidas, tanto para los optimistas como para los pesimistas.
¿Cuáles son las razones que corroboran nuestra idea de negocio?. - Podríamos pensar que esta es la cuestión a resolver.
Sin embargo, no es así. Los autónomos, los empresarios, los emprendedores, los profesionales, en definitiva, cualquier persona con una idea de negocio, no puede supeditar su propio convencimiento en la viabilidad de un proyecto, a la búsqueda de razones que otros dan, porque entonces su inseguridad queda al descubierto de forma evidente.
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| ¿Y qué pasa si tienes razón y son los demás los que están equivocados? |
Nunca se debe dudar de un proyecto. Hay que diferenciar con claridad absoluta, las razones para poner en marcha el proyecto y las dificultades que surgirán con el proyecto.
Es ahí donde debe centrarse un profesional, en esas dificultades que a buen seguro se presentarán; informarse, analizar posibles remedios a los inconvenientes que nos harán dudar, centrarse en las soluciones y en quién nos puede ayudar en aplicar medidas que solventen adecuadamente los problemas.
Porque el primer axioma para el éxito está muy claro y es muy simple: la fe ciega en uno mismo y la seguridad absoluta y sin restricciones del éxito del proyecto.
Y todo esto es así, sin duda, muy a pesar de todos los gurús que exponen todas sus razones en los anaqueles virtuales del instruido señor Google.
Para esta semana, un proverbio, que dicen que es chino, pero que debería ser universal. Mediten sobre esta reflexión todas las mañanas, bajo el agua cálida de la ducha matutina, y verán que bien les sienta.
Las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos.
Y como no podía ser menos, recién estrenada la primavera, una canción refrescante, sin más pretensiones que sentirse a gusto moviendo el cuerpo sin aspavientos; sin más pretensiones que disfrutarla junto a la persona amada. Ni más ni menos que UB40 y Chrissie Hynde.
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