Prever: el verbo olvidado.

Las previsiones tienen magia.

Sin embargo, las previsiones son como Santa Bárbara, que la mayoría solo se acuerdan de ella cuando truena.

Las previsiones deben ser una obligación para el empresario. En las sociedades, (cualquiera que sea su forma, limitada, anónima, etc.), hay muchas previsiones que son de obligado cumplimiento; sin embargo, cuando una empresa no está obligada a la llevanza de una contabilidad financiera, como es el caso de las empresas de autónomos, ninguna institución estatal obliga a proveer fondos para prever.

Hay una previsión en especial que todos conocen, incluso hay bastantes que pueden definir técnicamente su significado, pero son muchos menos los que hacen un uso adecuado de ella; me refiero a la estrella de las previsiones: las amortizaciones.

Las amortizaciones prevén la renovación de todo lo que es propiedad de la empresa. Más tarde o más temprano, se tienen que renovar máquinas, equipos informáticos, mesas, vehículos, etc., más tarde o más temprano, se tienen que adecentar o modernizar las instalaciones, repintar las paredes, cambiar los reclamos luminosos, etc.

Mediante la amortización reservamos una parte del beneficio, para que cuando tengamos que realizar esa renovación, tengamos los fondos necesarios para paliar en parte el esfuerzo de esa nueva inversión. Nunca tendremos el total de la nueva adquisición, porque los precios cambian y tenemos que aspirar a mejorar lo anterior para ser más competitivos. Pero la previsión que técnicamente conocemos como amortización, nos permitirá afrontar esto sin necesidad de poner a disposición de los prestamistas, todo o una parte muy importante del patrimonio empresarial y lo que es más grave, incluso del patrimonio familiar.

La magia de las previsiones es que parecen un castigo mientras se proveen, pero son una bendición cuando tenemos la necesidad para la que se creó y están ahí, esperando a que el empresario decida hacer uso de ellas.

Este es el beneficio de las previsiones que salta a la vista. En posteriores entradas haré mención a los beneficios ocultos de las previsiones, ya que además de permitirnos no tener nuestro patrimonio empresarial o familiar con cargas por avales y darnos un excelente ahorro en gastos financieros cuando tenemos que hacer uso de ellas, con una gestión adecuada de esos fondos, podemos obtener unos ingresos financieros excelentes.

La reflexión matutina que os propongo para esta semana, es un proverbio: 

Nunca permitas que tus pies vayan por delante de tus zapatos.
Proverbio escocés. '

Hasta la semana que viene, Y por favor, no se olviden de cavilar sobre las previsiones.

Mi música para esta semana es una canción que no permite tener el cuerpo quieto, no es de un ritmo desgarrado, pero es una melodía muy rítmica, que enaltece, en el transcurso de la canción, cualquier ego. Y si no, compruébenlo, cierren los ojos mientras la escuchan y déjense llevar.




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