Las ciencias exactas.

Los tres licenciados oían al gerente como desgranaba la planificación que había desarrollado para los próximos seis meses.

Era preciso tomar medidas urgentes y ágiles, para que en los próximos seis meses, pudiesen cumplir con los objetivos marcados en la primera fase de la estrategia empresarial establecida. Se estaban desviando peligrosamente de los estándares mínimos, establecidos en los presupuestos para el ejercicio actual.

Pero el gerente se dio cuenta de que sólo oían, no escuchaban. No estaba persuadiendo a su audiencia. En esas circunstancias, continuar sería perder el tiempo. Decidió dar un giro drástico a su exposición.

- ¿A qué es igual dos más dos? -- Preguntó mirando directamente a los ojos de Araceli y elevando un poco su tono de voz.

Ésta, se repuso rápidamente del sobresalto inicial.

- Exactamente cuatro, sin duda alguna. -- Respondió la licenciada en ciencias exactas, un poco molesta por lo obvio de la respuesta y sin saber a cuento de qué venía tan ingenua pregunta.

- Y usted, Arturo, ¿qué responde? -- Preguntó el gerente.

- Pues son cuatro, pero debemos aplicar un margen de error del más-menos uno por ciento. -- Ninguno de los presentes pudo evitar una sonrisa. Y es que Arturo nunca renunciaba a su extenso y profundo conocimiento de la ciencia estadística.

- Bien, y usted, Sebastián, ¿qué opina? -- Preguntó de nuevo el gerente, pero ahora dirigiéndose al licenciado en económicas.

Sebastián se levantó de su silla, se acercó lentamente al gerente, y usando un tono de voz pausado y casi en un susurro, (para evitar que los demás pudiesen oírlo con claridad), le dijo:

- Vamos a ver, todo se puede arreglar. Así que, dígame, con sinceridad, a usted, ¿qué le gustaría que sumase dos más dos? Y no se preocupe, que esto, solamente quedará entre usted y yo.

Epílogo: Un empresario, autónomo o directivo, siempre debe mantener en vilo a sus interlocutores en una reunión. Debe romper los ritmos y enganchar a los oyentes para que le escuchen. Pero esto sólo lo puede lograr si previamente ha dado a todos los asistentes, la opción de preparar los asuntos a tratar.

Ah!, y por supuesto, debe ser un profundo conocedor de las características profesionales de cada uno de los componentes de su equipo, asignándoles lo que a cada uno le es más fácil desarrollar por su especialidad profesional.

Para esta semana, os propongo la siguiente reflexión matutina:

Olvida tus errores del pasado, pero jamás olvides lo que te enseñaron.'

Y la canción que les recomiendo esta semana está llena de sensualidad y elegancia, escúchenla, porque mientras lo hacen, su mente descansará y su alma se llenará de gozo: Comiéndote a besos. (Rozalen).

Hasta la semana que viene, Elijan con sabiduría, sobre todo a los economistas de su equipo.

NOTA: La narración y el diálogo inicial de esta entrada, es una adaptación libre que he hecho de un artículo que me hizo reír hasta que se me desencajó la mandíbula. Podéis ver el artículo completo en Bolsamanía.

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