El dilema de los empresarios: salario, rentabilidad y patrimonio familiar.

El principal problema a la hora de estudiar los costes salariales consiste en identificarlos y separarlos adecuadamente, especialmente todos aquellos conceptos que no están registrados en la contabilidad, ya sea en empresas con personal asalariado o en empresas con un único empleado: el empresario.

Sí, lo han leído bien. Una empresa siempre tiene como mínimo un empleado. Y es que el empresario que lo hace todo en su empresa, tiene que aprender a diferenciar cuando ejerce de empleado y cuando ejerce de empresario.

Obviamente, no tiene que registrar los tiempos que dedica a cada tarea realizada. La diferenciación debe aplicarla sobre los resultados. Todo empresario que se precie, tiene la obligación de diferenciar muy claramente cual es su retribución por dedicar su tiempo a la empresa, cual es la rentabilidad por el capital aportado a la empresa y cuando los beneficios dejan de estar en la empresa y pasan a ser patrimonio familiar.

Pensar que mi empresa es un buen negocio porque lo pago todo y me sobra para vivir, es un error común. Porque pensar que mi empresa es un buen negocio hoy, no significa que mañana siga siendo rentable. Diría más, ni siquiera significa que sea rentable hoy, sólo significa que, hoy por hoy, la 'rueda sigue caminando y por ahora no ha sufrido ningún pinchazo',

Lo admirable de las previsiones es que no es necesario que se materialicen de hoy para mañana. Lo admirable de las previsiones es que nos marcan el camino sin especificar las acciones.

Pensemos en un un salario que nos permita vivir cómodamente; añadamos una rentabilidad al capital de la empresa; y determinemos que porcentaje anual queremos para el patrimonio familiar. Y todo ello desde la más estricta objetividad y marcando objetivos que sean realizables por no ser inalcanzables.

Con estos tres datos claros, conseguiremos los valores de la tranquilidad para un empresario: cual es mi salario, que gano por mantener mi negocio y qué pertenece al patrimonio familiar y no al empresarial.

Quedémonos, por ahora, con esa idea clara. En posteriores entradas, hablaré de la magia de las previsiones, ya que sin ellas, no es posible llegar a una identificación clara en las variables de los valores para la tranquilidad de un empresario.

Las previsiones son la clave para que un empresario dilucide correctamente su principal dilema: qué gano, qué rentabilidad consigo y qué aporto al patrimonio familiar.

La reflexión matutina que os propongo para esta semana, es: 

La formulación de un problema, es más importante que su solución.
Albert Einstein '

Hasta la semana que viene, Y no se olviden de ser precavidos.

Por último para hoy, un auténtico espectáculo vocal, un sonido embriagador, una música para pasar una semana con sosiego; el sólo hecho de recordarla en nuestra mente, de percibir sus acordes en nuestro silencioso consciente, nos permite serenar los pensamientos y centrarnos en las soluciones. Disfruten de un genio irrepetible, James Brown:


Comentarios